Orígenes
En el año 1993 concluyó la conocida como Primera Guerra de la Autoedición Profesional. Aldus, con su aplicación pionera PageMaker (PM) dio por perdida la batalla que había venido librando con Quark desde que esta introdujera la primera versión de su único producto, Quark XPress,1 seis años antes, en 1987. El dominio de Quark llegó a ser tan abrumador que Aldus decidió iniciar el desarrollo desde cero de una nueva aplicación de creación de páginas; era el proyecto Shuksan.2
Mientras tanto, entre los analistas llamaba la atención el hecho de que Adobe, impulsor de la tipografía digital, inventor del PostScript y líder indiscutible de las aplicaciones de creación gráficaAdobe Illustrator® y Adobe Photoshop, no pudiera ofrecer una solución global de diseño gráfico al no contar en su catálogo con la herramienta que debería aglutinar a las demás, es decir, una aplicación de composición de páginas.
Esa situación empezó a cambiar en 1994: unos meses antes de absorber a Frame Technology y su FrameMaker (FM), Adobe Systems llegó a un acuerdo de fusión con Aldus. La operación incluía, además del propio PM, el formato de archivo gráfico TIFF, el programa de animación AfterEffects y aplicación de edición de video Premiere, entre otros. Pero la razón de fondo de la operación era Shuksan, que en San José rebautizaron como K2, el germen de lo que después sería InDesign.3
Consolidación
Cuando el sector esperaba la versión 3, Adobe sorprende al mercado al presentarla incluida en un paquete completo de software de diseño que es bautizado como Creative Suite (CS) y que puede adquirirse a un precio equivalente en conjunto al de la aplicación de Quark en solitario. Y apenas año y medio después aparece la CS2. La “táctica de envolvimiento” da buenos resultados a Adobe y le permite ocupar el escritorio de multitud de diseñadores, agencias de comunicación y revistas mensuales.
Aunque el fabricante californiano recibe críticas por la difícil compatibilidad hacia atrás de los sucesivos formatos de fichero, en resumidas cuentas se puede decir que su apuesta por K2 cristaliza en un producto innovador que logra en cierto modo devolver el control creativo del profesional:
- Minimiza las idas y venidas a otras aplicaciones.
- Destaca por su manejo sencillo e intuitivo, y a la vez por su versatilidad.
- Brinda una libertad creativa sin precedentes.
- Muestra en general un comportamiento estable y seguro (rara vez se pierde un trabajo por bloqueo del equipo).
- Gracias a su arquitectura abierta, escalable y orientada a objetos, permite integrar fácilmente:
- extensiones de terceros.
- Las innovaciones tecnológicas a medida que van apareciendo
- Funcionalidades del propio usuario basadas en scripts
- Se beneficia de la experiencia y de la fiabilidad de los creadores del Postscript.
ID ha ido ganando los espacios de trabajo de buena parte de profesionales individuales, pequeñas agencias de publicidad y grupos editoriales reducidos. La estrategia se dirige entonces a los grandes conglomerados de publicaciones impresas con flujos de trabajo complejos. Adobe, rey del píxel y dueño del formato PDF, venía jugando sus bazas, básicamente, al nivel del fichero; pero, consciente de que el futuro sugiere "abrir el enfoque" al nivel de los procesos, decide apostar por los sistemas de gestión documental como Document Server y por incluir herramientas de control en la propia Creative Suite como Version Cue o Bridge, además del propio InCopy.
tomado de https://encrypted-tbn3.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcRTKyuJIFNa4-1X15gR4Rtau3QTUDSOL-r2jyg7-5XGgH9d9TMs9w
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